
Identificación de personajes en orden de aparisión:
1- Perro
2- Nicolasito Pertusato
3- Mari Bárbola
4- Isabel de Velazco
5- Infanta Margarita
6- Agustina Sarmiento
7- Velázquez (pintor)
8- Bastidor
9- Marcela Ulloa
10- Guardadamas
11- Espejo
12- Aposentador
13- Reyes
14- Espectador
Personajes más Importantes:
Margarita María de Austria:
Nacida en 1651, hija de Felipe IV y su segunda esposa, Mariana de Austria, por lo que en la fecha de la realización del cuadro tenía 5 años. Se casará en 1666 con su primo Leopoldo I de Austria llegando a ser Emperatriz muriendo en Viena aún joven.Está en el centro de la composición vestida con miriñaque y acompañada por meninas, enanos y personal del palacio; sin embargo no parece ser el centro de atención del cuadro pues ella misma, que había solicitado agua y se lo ofrece María Agustina Sarmiento en una pequeña jarra roja, apenas acerca su mano derecha a dicha jarra pues se vuelve hacia su izquierda a observar algo que reclama su interés en la parte frontal de la escena.
María Agustina Sarmiento:
Es la menina que ofrece agua a la Infanta Margarita María. Es hija del tercer Conde de Salvatierra, don Diego Sarmiento de Sotomayor. En 1659 se casará con el Conde de Aguilar.Está vestida de terciopelo azul verdoso y al ofrecer la jarra de agua en una bandeja de plata a la Infanta se inclina ante ella mirándola con atención por lo que está ajena a lo que ocurre en el frente de la escena.
Isabel de Velasco:
Se encuentra detrás de la Infanta y a su izquierda. Es hija del 7º conde de Fuensalida, don Bernardino de Velasco y Ayala. No llega a casarse y muere en 1659.Está vestida de satén gris y acaba de observar algo al frente porque mueve la cabeza en esa dirección e inicia una respetuosa inclinación a quien llega. Desde el punto de vista de la composición su inclinación reduce la paralaje de las figuras que, de otra forma, proporcionarían un efecto excesivamente vertical a la escena.
Diego Velázquez:
El pintor está representado en el propio cuadro, hecho que nos provoca algo de desconcierto y nos induce a preguntarnos ¿Dónde está el cuadro?Tiene el cuerpo echado hacia atrás para observar lo que llama la atención de las demás figuras. Con su mano izquierda tiene cogido el pincel pero no parece estar pintando porque la paleta está muy baja. Colgadas de la cintura están casi invisibles las llaves que le acreditan como Aposentador Mayor de palacio desde 1652 y en el pecho ostenta la cruz de la Orden de Santiago, pintada después de la realización del cuadro y cuando se le concedió tal mérito en 1659.En las radiografías se observan que la imagen de Velázquez está modificada pues inicialmente aparecía con sus rasgos de sexagenario y en mayor escorzo a la vez que parece observarse una cabeza femenina entre el bastidor y la propia cabeza del pintor.
Tema de la obra:
Si nos atenemos al título original del cuadro -La Familia-, quizá quedemos desconcertados al contemplarlo. ¿Dónde está la familia? Se trata, por supuesto, de la familia extensa clásica, que abarca también a criados y servidores; pero faltan los jefes de la familia, el rey y la reina. Es una tranquila escena en el taller del pintor en la que intervienen los personajes arriba indicados. Velázquez pinta y las damas curiosean. Nada más. Pero es que además la mirada de la infanta, ni la de los familiares, no es la mirada satisfecha de quien sabe que está siendo retratada sino que es una mirada curiosa que observa algo que en ese momento es más importante que ella. La clave está en el espejo del fondo. Velázquez pinta la expectación que produce su retrato y a sí mismo que lo realiza.
Descripción Iconográfica:
La pintura representa un momento en la tarea cotidiana del lugar. La infanta Margarita se encuentra en el estudio con sus meninas, o damas de compañía, y enanos. En el centro aparece la infanta de cinco años atendida a su derecha por doña María Agustina de Sarmiento y a su izquierda por doña Isabel de Velasco. Luego, a la derecha del cuadro, los enanos Mari Bárbola y Nicolasín Pertusato, que juega con el perro echado, y a la izquierda, levemente retirado, el propio Diego Velázquez con la paleta y el pincel ante un gran lienzo, que cierra el espacio por ese lado y nos intriga con su misterio. Detrás, en sombra a la derecha, la dueña doña Marcela de Ulloa y el guardadamas Diego Ruiz de Ascona. Al fondo, al lado de una puerta, sobre una escalera, el mayordomo José Nieto Velázquez; sobre la pared un espejo refleja los cuerpos de los reyes Felipe IV y Mariana de Austria y dos grandes cuadros.
Análisis Formal y Estético:
Pintado al óleo sobre un lienzo, montado sobre un bastidor de madera de 3,21 metros de alto por 2,81 de ancho, sin bocetos ni dibujos previos, con sucesivas capas de pintura, lo que permite lograr mayor espontaneidad, colorido y frescura.
La composición es engañosamente clásica. Mientras la niña luce luminosamente toda su belleza en el centro del foco visual, los reyes se pierden, chiquititos, a lo lejos en el espejo. Hay un contraste entre lo cercano y lo lejano. Los personajes están rodeando la figura central que es la infanta y todos ellos, sólo ocupan, la mitad inferior del cuadro. La mitad superior se llena con el techo, un cielo raso con dos lámparas y las manchas de luz que entran por las ventanas de la pared en escorzo a la derecha; la parte alta de la pared del fondo con dos cuadros que apenas se ven y el ángulo superior del lienzo que pinta uniendo los espacios. El juego espacial, sin duda, es importante. La escena está tomada desde un ángulo de la estancia que se cierra a la derecha con el escorzo de una pared. A la izquierda otro plano diagonal, el del misterioso lienzo que pinta el Pintor, deja a las figuras en un segundo término y les corta oblicuamente el espacio, aunque aquí el lienzo tiene un doble significado. Al fondo, el espejo y la puerta nos insinúan nuevos espacios desconocidos y el mayordomo parece querer entrar o salir en el del cuadro. Por último, el perro, se adelanta al tema central (las meninas y la infanta). La luz y el aire son los protagonistas indiscutibles de Las Meninas, la estructura interna del cuadro, da unidad y coherencia al conjunto, la luz y la atmósfera le dan una gran importancia a los personajes y la unidad de enfoque. La habitación está toda oscura (en penumbra) y la luz entra tangencialmente en ella por tres puntos distintos: por los ventanales primero y último a la derecha en la pared de perfil y por la puerta del fondo. La luz que entra por el primer ventanal ilumina directamente a la infanta, a María Agustina Sarmiento y, parcialmente, a la otra menina, que se destacan vigorosamente sobre la sombra del ambiente; pero deja a contraluz las figuras de los enanos, el perro y el rostro de Isabel de Velasco. El pintor se encuentra discretamente detrás de su cuadro, pero los demás personajes se desvanecen envueltos en la oscuridad de una atmósfera que los desrealiza. Y al fondo otros dos centros de luz: la puerta abierta, que, al abrirse hacia otro espacio, nos delimita el del cuadro, tirando luz hacia la izquierda haciendo posible ver claramente el espejo, que nos muestra los cuerpos de los reyes. En la sombra los detalles se pierden y los contornos se esfuman. Como el rostro de la enana, que queda borroso, fuera del foco y como el perro. El pintor logra un gran trabajo al momento de realizar los enfoques, confundiendo al El espectador con el rey. Hay sierto juego de luces sobre los oscuros y satinados colores; A poca distancia del lienzo no hay nada definido, ningún detalle resuelto. Las manos de todas las figuras están compuestas con manchas. El resto de familiares están ya fuera de foco, el autorretrato del Sevillano incluido, ya sea delante, como los enanos y el perro, ya detrás, como la dueña, el guardamas y el mayordomo, lo que, como la oscuridad, la atmósfera o la sobra, también contribuye a su indefinición. El recurso del espejo lo utiliza para mostrarnos el objeto de las miradas de los personajes del primer término que es la pareja real, situada en la parte de acá del cuadro, en el sitio del espectador o detrás del espectador mismo que de esta manera se siente físicamente envuelto en el espacio del cuadro cerrado a sus espaldas.
Significado del LAS MENINAS:
Las Meninas pueden interpretarse como una reivindicación de la dignidad del oficio de pintor frente al orgullo de una aristocracia que se la niega, en lo que encontraríamos no sólo esa forma de la contradicción barroca de ocultar el tema central, el retrato de los reyes.
La obra fue ejecutada para la contemplación del rey. El Pintor quiso animar al rey a pensar sobre la condición del pintor de cámara real.
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miércoles, 4 de junio de 2008
Análisis de “LAS MENINAS”
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